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Contactar con su sabiduría para que tomen las riendas de su vida, el objetivo

A través del movimiento, la introspección y el sonido, la bailarina y coreógrafa colombiana Adriana Ordóñez Ortiz dirige una serie de talleres de terapia dedicada a la sanación del cuerpo femenino.



Fotos: Cortesía Adriana Ordóñez Ortiz
Ordóñez Ortiz dirige los talleres: Mujer en movimiento, Moviéndose desde el corazón, Volviendo a casa, Mamá e hija, El camino del placer y Aprendiendo a confiar, todos ellos están encaminados al desarrollo humano y la conciencia profunda de su propio cuerpo que adquieren las mujeres.
“No se trata de hablar de un problema o de que recuerden una serie de vivencias que las han marcado. Las mujeres vienen a sentir. Lo que pretendo es que ellas vuelvan a contactar con esa sabiduría que tienen, con ese conocimiento que les dice qué es bueno para ellas y qué no, para que tomen de nuevo las riendas de su vida”, comenta la terapeuta.
El estrés, el acelerado ritmo de vida que llevamos, los problemas labores y conyugales, la depresión, conducen a que el ser humano vaya perdiendo firmeza en cada una de sus células, situación que con el tiempo deriva en graves trastornos físicos. La propuesta de Adriana Ordóñez está encaminada al mejoramiento de las células y, claro está, a evitar el deterioro que van sufriendo.
“Me interesa trabajar con mujeres porque ellas son las que promueven la integración de una familia y las que pasan más tiempo con niños, ancianos y sus parejas. Por sus condiciones naturales y sociales la mujer siempre está al pendiente de los demás y muchas veces se olvida de sí misma. Si las mujeres poseen equilibrio en su cuerpo, mente y espíritu, es muy probable que ellas trasmitan esa sensación de bienestar a sus seres queridos”, puntualiza la coreógrafa.
Ordóñez Ortiz en el 2000 fundó DanzAzul, centro de formación en movimiento, en la ciudad de Bucaramanga, Colombia. Como facilitadora y terapeuta de movimiento ha trabajado en varias Ongs, con talleres para la prevención de abuso sexual en niñas, talleres de cuerpo como territorio de paz a mujeres que son el sostén de una familia y a quienes han sido víctimas del desplazamiento armando en Colombia. Actualmente reside en México, en donde cursa la formación en movimiento somático del Body Mind Movement y la especialización en coreografía en el Centro de Investigación Coreográfica (CICO) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).


MENTE, CORAZÓN Y ÚTERO
¿Cómo desarrolla las terapias?A partir de lenguajes no verbales, silencios e introspecciones. Están encaminadas a que no solamente nos enfoquemos en discursos racionales sino que podamos despertar otras inteligencias en nuestro cuerpo. Nos centramos en tres órganos: el cerebro, el corazón y él útero. Hay estudios científicos que han comprobado que el corazón trasmite energía electromagnética a metro y medio, sin necesidad de tocarnos. En ese sentido, el corazón nos dice qué nos hace bien y que no, y es lo que antes conocíamos como sexto sentido. En Estados Unidos existe un centro de investigación que se llama Heartmath (www.heartmath.org) que estudia cómo el corazón es capaz de enviar información ya procesada al cerebro y da a conocer otro tipo de avances científicos que refuerzan la teoría de la intuición en los seres humanos. Es verdaderamente asombroso conocer estos estudios. En lo que respecta al útero, también es importante que la mujer tome conciencia de su parte creadora, que acepte su cuerpo y que tenga una vida sexual plena. Muchas veces las mujeres somos parte de un discurso en donde no se nos vemos con derecho a gozar de la sexualidad sino únicamente con fines de reproducción; por ejemplo, sabemos cuánto mide el pene en erección pero no sabemos cuánto mide el clítoris, que es como un pequeño árbol que las mujeres llevamos dentro. Es muy triste que una mujer lleve 10 o 15 años casada, con 3 o 4 hijos y nunca haya sentido un orgasmo. El camino de la reconstrucción al gozo afecta toda nuestra existencia. Un hombre con una mujer que goza es más feliz porque ella es feliz.
¿Cuál ha sido su experiencia al trabajar con mujeres?Ha sido gratificante y enriquecedora. Las mujeres que vienen tanto a terapia como a los talleres descubren algo de ellas mismas que no conocían. Son mujeres que volverán a confiar en lo que sienten, en lo que les ocurre, para contactar con esa sabiduría del corazón, del útero y, claro está, de su cerebro. Por otra parte, hay muchas historias de violencia sexuales, dolores ocultos que las mujeres necesitan sacar. Lo que buscamos es que la mujer se acerque a su propia sabiduría y a la de otras. Lo que se busca es desbloquear las emociones, que vayan sintiendo cada parte de su cuerpo, que cuenten con la información necesaria para desbloquear enfermedades, estrés, y pueda gozar de salud.


¿Este tipo de terapia debe de practicarse con cierta frecuencia como el psicoanálisis?No. En realidad es información que todos deberíamos de conocer sobre nuestro cuerpo, pero vivimos en una sociedad regida por otros intereses. Creo en la democratización de este tipo de terapias y deben estar al alcance de muchas mujeres. Aquí el terapeuta es sólo un guía que ayudará a que la mujer reconozca su cuerpo y sus sentimientos. No se emite un juicio de valor o recomendaciones para las asistentes: ellas mismas deberán saber lo que les conviene.

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